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sábado, 16 de mayo de 2009

ATLAS '09. DÍA 1. IMILCHIL-TOUNFIT-MIDELT-CIRCO DE JAFFAR-IMILCHIL. 340 kms.

PRÓLOGO. DE CEUTA A IMILCHIL

El día en que todo empezaba: el sábado 4 de abril de 2009 a las 6 de la mañana zarpábamos de Algeciras destino Ceuta, o sea que el madrugón fue considerable. A las 7 ya estábamos en Ceuta: llenamos los depósitos de coche y motos a tope (el combustible aquí vale casi la mitad), cambiamos unos 500 euros cada uno por dirhams y derechitos a la frontera. Por suerte no había mucha cola, pues hay que rellenar papeles de entrada para coche, remolque, motos y personas, y la burocracia marroquí es tercermundista en este sentido. Aproximadamente una hora después ya teníamos los documentos en regla y sólo nos quedaban por delante unos 700 kms de coche hasta IMILCHIL, donde instalaríamos nuestra base durante las siguientes siete noches.
 


Este pueblo, situado a 2200 metros de altura, cuenta con muchos servicios básicos como hostales, gasolinera, mecánico, policía, y es un centro estratégico para la mayoría de visitantes de esta zona del Atlas.
Por si no lo había dicho, los protagonistas del viaje éramos Amarok y un servidor. Hicimos el desplazamiento con su coche y remolque, y las motos, dos DRZs 400E. Para ilustrar este punto, una foto del último día en el párking del hotel. Las caras lo dicen todo: yo, triste porque quería más moto, y Amarok más bien satisfecho con el trabajo: unos 1500 kms en 6 días, y aproximadamente un 80% de las rutas realizadas.
 



La primera jornada pues fue de aproximación en coche hasta Imilchil. Mucha autopista por la mañana y carreteras secundarias y terciarias por la tarde, hasta que llegamos al "hotel" Atlas. Este lugar en España sería más bien un refugio de montaña, para que nos entendamos, pero íbamos recomendados por un conocido de amarok, y allí nos quedamos. Un detalle ilustrativo: a medianoche me desperté congelado, y tuve que ponerme unas 2 o 3 mangas encima además del pasamontañas para poder conciliar el sueño, imagináos la temperatura. La habitación era realmente lóbrega y húmeda y aún me quedaban 6 noches más allí, las perspectivas no eran nada halagüeñas... Sólo quedaba esperar el amanecer, que saliera el sol, subieran las temperaturas y darle al mango.
Ahora una imagen del parque cerrado desde la ruinosa entrada al hotel. Aquella primera noche éramos los únicos clientes, y posiblemente los únicos europeos en Imilchil. Al día siguiente llegó más gente con motos trail, pero en general, la crisis también parece haber afectado el turismo de motos por allá abajo.
 

Y otra vista del poblado desde la terraza del hotel. Como podeis observar las cimas más próximas conservaban todavía nieve en las cotas más altas, y el paisaje era árido y áspero excepto en las vegas regadas por los riachuelos. Este era el panorama que nos esperaba durante las próximas jornadas: frío, sol, nieve, ríos y algo de barro.
 




DÍA 1-IMILCHIL-TOUNFIT-MIDELT-CIRCO DE JAFFAR-IMILCHIL. 340 kms
 

Salimos más bien tarde, sobre las 11, ya que necesitábamos dormir. El caso es que de tiempo íbamos a ir siempre justos, pues habitualmente dormíamos más de la cuenta, y esta iba a ser la tónica general del viaje: las prisas. Yo por mi parte me lo tomaba todo con calma, pero amarok le metía algo de urgencia a todo lo que hacíamos, imagino que a causa de ser el guía de la expedición y cargar con la responsabilidad de que todo saliera bien y en el tiempo previsto. La disposición de combate era la siguiente: él siempre delante guiando con el gps y yo detrás a una cierta distancia limitándome a darle al mango y tragando polvo. El equipo: las alforjas llenas con todo tipo de herramientas, dos cámaras, comida y bebida y también ropa de abrigo.


Las primeras pistas eran magníficas, sin piedras, solo tierra, una gozada de estreno. Poco a poco comenzamos a subir y llegamos al primer puerto entre neveros, charcos y riachuelos. Este sería el panorama de toda la semana: nieve en los puertos y ríos en los valles. Puede decirse que de media, cruzabas un riachuelo, río o charco cada 5 kms, en serio que no exagero.


Los puertos de montaña legaban hasta más de los 2500 metros de altura. Este de la foto estaba bastante limpio, se nota que tenía tránsito, y de hecho fue asfaltado en 2010.
 

En el descenso, otras bonitas vistas, en este caso con algo de vegetación (lo normal es que esté todo pelado).
 

Tras una bajada bastante prolongada llegamos a un valle con su río, bastante crecido. Intentamos buscar un punto de vadeo en las inmediaciones de una Anfgou e inmediatamente una turba de jóvenes y niños surgen por doquier y nos indican por donde cruzar. Unos dicen que por aquí, otros por allá, otros te piden que les des algo, otros te chillan, te confunden, no sabes si fiarte.... esto es lo que pasaría cada vez que cruzabas una aldea. El resultado es que te crean un gran estrés y acaban por complicarte las maniobras con tanto grito y expectación, tú lo que quieres es cruzar cuanto antes y escapar de aquella muchedumbre. Al final damos con el sitio bueno (sobre los 50 cm de agua, calculo) y salimos de allí, no sin antes volver a cruzar el mismo río unas 10 veces más. Entre el estrés y que Amarok no para mucho pues comprenderéis que no tenga fotos de estos lugares más complicados.
Avanzamos hacia Tounfit, internándonos en territorio árido:
 

Calculo que haríamos unos 60 kms de empalme por asfalto a lo largo de todo el día. De todos modos las carreteras secundarias son entretenidas, pues siempre hay gravilla, charcos, corrientes de agua, vadeos, baches, etc, es algo como hacer supermotard con lluvia intermitente.
Antes he dicho que las pistas eran generalmente buenas... con una excepción. Al final de un camino agrícola trazado entre huertos, amarok se comió una zanja transversal, salió trompicado lateralmente y se arreó un galleta en mala postura, saldádose el incidente con un cubremanetas roto y una mano contusionada. Recuperados del susto, pista buena hacia Midelt, 
 

con un precioso contraste de colores entre el blanco de las cimas y el verde de las praderas:
 

En Midelt, una ciudad bastante grande, repostamos y enfilamos directamente hacia el Circo de Jaffar, un clásico de las rutas del Atlas.
 

La pista se presta a ir rapido, derrapar y disfrutar durante unos 30 kms; en muchas curvas hay incluso peraltes! El lugar es grandioso, pues notas la cercanía de unas montañas gigantescas mientras avanzas por su falda.
 

Para que os hagáis una idea de las dimensiones, Amarok y su moto son un bultito a la izquierda del arbol grandote que aparece en la esquina inferior derecha de la foto superior.
 

En cuanto volvimos a salir al asfalto amarok le arrea de lo lindo a la moto, dice que llevamos retraso, y no paramos hasta volver al poblado aquel de los vadeos en loor de multitudes. Lo hacemos ya cansados y con prisas y a punto estoy de darme el gran leñazo lateral al inclinarse la moto dentro del río en un punto donde era casi imposible hacer pie. In extremis, alargo la pata y me salvo de la catástrofe.
Atardecía ya, y superamos aquel primer puerto de la jornada con poca luz. En la foto se aprecian las dimensiones de los neveros:
 

Ya lo veis, en algunos sitios el grosor llegaba a los 2 metros. Suerte tuvimos de que este collado estaba limpio para el tránsito, pero en días sucesivos no tuvimos tanta suerte.
Añadir por último que las únicas motos que vimos fueron 3 BMWs en el circo de Jaffar (a paso de tortuga) y un 4x4 en el pueblo aquel de los vadeos agónicos. Las BMWs llegaron a Imilchil con un retraso superior a la hora comparados con nosotros, ya de noche. Después llegaron unas 10 maxitrails más de un grupo de andaluces que iban de despedida de soltero a Marrakech; también 3 DRZs que estaban de paso. Parece que Marruecos es el objetivo de todo aquel que tiene una trail, pero os aseguro que por el Atlas una enduro es infinitamente superior, y que al final del día ganas un mínimo de 1 hora sobre una trail ligera.
Resumen: 340 kms de pistas y asfalto, todo bastante rápido si exceptuamos los inumerables vadeos de rios, sin obstáculos notables, seguramente la etapa con una velocidad media más elevada de todo nuestro periplo.

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