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martes, 2 de diciembre de 2014

25 DÍAS EN LOS BALCANES. DÍA 10. DÍA 10. PERMET - KSAMIL. 180 kms

DÍA 10. PERMET - KSAMIL. 180 kms

Mañana radiante en el valle donde se sitúa Permet, entre las montañas Trebeshinë-Dhëmbel.


Así es Albania, una incesante sucesión de cadenas montañosas.



Y allí enmedio estaba yo, camino de Tepelene primero y de Progonat después, donde ruinosos monumentos en honor de los caídos de guerras pasadas jalonaban el camino.


En este algunas de las tumbas de los guerreros habían sido profanadas, el edificio anexo vandalizado y el recinto convertido en cuadra. Suerte tuve de que no me cayera encima alguna de aquellas balas gigantescas de hormigón, porque estaba todo que daba pena.

Este otro, en una encrucijada, aguantaba con más dignidad el paso del tiempo,



y marcaba el inicio del tramo más solitario y comprometido camino de la rambla de Sushica. Todo lo que había ascendido durante la mañana lo descendí de golpe camino del  valle que se ve a la derecha,


hasta meterme de lleno en dicha rambla,


con una acusada inclinación por momentos y siempre con la incertidumbre de si los materiales arrastrados por otros cauces laterales acabarían por impedir mi avance.



Al final el paso estaba expedito, y el cañón se fue estrechando hasta una zona en que apareció un camino definido que discurría entrelazándose con un arroyo.


Todo apuntaba a que finalmente saldría de allí. Fuera miedos, llegaba el momento de divertirse.


Con la emoción me salí del track y no me di cuenta de ello hasta que me topé con la Taberna Balili en medio de la nada. Este letrero hizo que me centrara de nuevo en lo importante.


Paré a echar un trago y allí estuve departiendo un rato con la mesonera y luego con las chavalas, que se encargaron de enseñarme la piscifactoría. Gente encantadora.


Unos kilómetros más en bajada y a lo lejos pude vislumbrar el mar Jónico.


 Fue llegar a Borshi Beach 


y disolverme nada más echar pie a tierra.


En las últimas 72 horas había pasado por la fea avería del estátor, el frustrante día del barro en que no avancé nada, y hoy por fin salió el sol  y triunfé en la rambla. Merecido relax. Este baño me supo a gloria.


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