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sábado, 7 de noviembre de 2020

SEGUNDA OLA - ENDURO MEDITERRÁNEO 2

El toque de queda y el encierro se cernían sobre nosotros inexorablemente y por tanto debíamos pasar pronto a la acción, una vez más por tierras del interior levantino. Cualquier rambla ilustra a la perfección nuestro hábitat provincial; diríase que no hay excursión castellonense que se precie que no transcurra por uno de estos cauces.

 

Curiosamente, dicho vocablo proviene del árabe ramla, "arenal", pero en nuestro ámbito se trata siempre de un pedregal. Lo mismo nos sucede con la palabra río, término equívoco en nuestras comarcas, pues aquí generalmente no llevan agua, y por eso mismo suelen ser vía de avance en nuestras incursiones. En  la foto, Ferdinand se apresta a cruzar uno de nuestros ríos, el Leomón.

Parias del agua pero cresos en recursos pétreos y relieves accidentados, para nosotros movernos arriba y abajo entre las rocas es cosa rutinaria.

A veces, bajar se baja sin ruta definida, cada uno a su aire buscando la traza que más se adapte a sus intereses y capacidades.

Rodar entre construcciones de piedra seca es connatural a nuestro estilo de motociclismo: duro, primario y cuestión de resistencia.

Nadie podría imaginar que íbamos camino a la escuela y que allí, en medio de la nada, en una encrucijada entre masías aisladas, se dio clase hasta el 73.

Nos creemos bravos porque esporádicamente rodamos ociosamente por estas cuestas, mientras que otros lo hacían a diario y por necesidad no hace tanto tiempo. ¡Respeto!

Muchas otras cosas han cambiado en la región. Quiso la casualidad que nos detuviéramos cerca de cierto letrero para abrigarnos y  no pudimos menos que compararnos con nuestros antecesores. Con modernas monturas y armaduras más ligeras continuamos recorriendo caminos que otros abieron hace siglos.


La excursión superó de largo el centenar de kilómetros y estaba cantado que el atardecer nos sorprendería en pleno esfuerzo, en paraje agreste y con las energías cerca del mínimo. Sacamos fuerzas de flaqueza y animados por haber cumplido razonablemente con el recorrido proyectado, regresamos sanos y salvos ya de noche a las Cuevas de Vinomar, de donde habíamos partido al amanecer.


 Salud, gas, y hasta la próxima.


domingo, 1 de noviembre de 2020

SEGUNDA OLA. ENDURO MEDITERRÁNEO-I

La nueva normalidad supuso cambios notables por lo que respecta a mi locomoción; comenzaba una nueva relación con una austriaca y mientras el gobierno lo autorizó, salimos a disfrutar de las asperezas del relieve mediterráno. Hela aquí, una Husky FE 250 2020:

Si somos rigurosos, la primera excursión compartida nos llevó algo más allá del litoral mediterráneo, al mas del Tajal y alrededores, pero es que aquello no fue más que una toma de contacto.

El enduro de piedra y carrasca propiamente dicho se ejercitó a fondo en compañía de Ferdinand y Wiki cerca de casa relativamente.

Hubo que reabrir viejos senderos entre la desmesurada vegetación sobrecrecida por las excepcionales precipitaciones estivales. Da la sensación de que ni los paisanos de Fortcastell bajan a menudo por aquí.

Con tiento y paciencia descendimos al barranco, abriéndonos paso sierra en mano cuando fue menester. En la imagen, Wiki, sobre Sherco negociando un viraje entre agostada maleza y muros derruidos.

Siguió un clásico: la personalísma bajada al barranc del Mollar donde todos los estilos de pilotaje son admitidos.

Recorrer el lecho pedregoso del barranco cobijados entre las sombras fue mucho más ameno

y mis acompañantes pudieron exhibir sus habilidades esquivando obstáculos aquí y allá.

Íbamos en pos del dominical almuerzo y cualquier dificultad se superaba con gástrica motivación.

El trayecto a Callfort se retorcía cuesta abajo para delicia de mis compañeros de excursión,

que son tanto más felices cuanto más àspero es el camino.

El magnetismo del Maestrat se disfruta cuando la senda fluye entre las peñas


y se sufre también cuando, como suele pasar, la ruta se esfuma entre las piedras.

Extintos azagadores nos proporcionaron más vías para avanzar, ya solo los usamos unos pocos.

Por motivos ajenos al motociclismo la excursión acabó prematuramente y dejamos allí asuntos pendientes que exigen cuanto antes una nueva visita cuando el virus lo permita. Volveremos.