AGOSTO 2019-II
No
habría gran viaje este verano tampoco. Probaríamos pues con el enduro
fronterizo cerca del micropaís de los Pirineos. La carretera de acceso a
Andorra estaba bloqueada temporalmente a causa de unos desprendimientos, y
urgía habilitar nuevas vías de comunicación. Pronto hallé el collado que
buscaba pero inesperadamente, unos rodamientos de la rueda trasera deshechos me
hicieron descender de las cumbres antes de tiempo. Otra oportunidad perdida.
La
revancha no se hizo esperar demasiado y pronto estuve buscando los límites de
la meseta y la cordillera cantábrica. En esta ocasión mi montura sí estuvo a la
altura, lástima que el jinete sólo resistiera dos rounds. Sin fotos y con
problemas para conectar la cámara de vídeo, el documento visual es escaso
pero indicativo de la intensidad de la ruta. Por cierto, en el vídeo no se aprecia, pero hacer enduro con tres platos de alubias en el estómago dificulta las cosas sobremanera.
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