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viernes, 29 de abril de 2011

MARRUECOS 2010. SEIS DÍAS POR EL SUR. DÍA 6.

DÍA 6. FOUM ZGUID-M'HAMID. 175 kms.

Último día. No hay que arreglar carburadores ni nada parecido, sólo desayunar, cargar el equipaje y salir camino del campamento base. Richy nos envió un mensaje la noche anterior contándonos que había solucionado el problema de la KTM, que al final era sólo una chorrada del cable del starter y no sé qué más. El plan para hoy es volver a M'Hamid siguiendo la trayectoria más rápida posible para poder llegar allí prontito, cargar los remolques y comenzar el retorno a España cuanto antes.
Una foto de la entrada del hotel mientras salía uno de nuestros colegas de afición:
De entrada, unos 30 kms de pista anchota, preparada para ser asfaltada en breve, más aburrida y larga que un día sin pan. Puede decirse que en la primera curva del día, al ir a cruzar el lecho arenoso de un río, me fui al suelo. Se me enterró la rueda delantera y caí como un fardo. El aburrimiento, la monotonía de la pista, el cansancio y el dolor en las manos tras tantos días y kilómetros acumulados, me pasaron factura. Amarok por contra se mostraba eufórico, ni diarrea ni tortazos ni llagas en los pies le quitaban las ganas de darle al mango.
Rectas y más rectas. Alguna paradita para satisfacer las necesidades más básicas, y hala, adelante.
Sobre el kilómetro 80 calculo tuvimos que cruzar una barrera montañosa. Subimos por un camino muy abarrancado y repleto de rocas y losas de gran tamaño. En ocasiones había que echar mano de la primera velocidad, y aunque breve, este puertecillo de montaña fue intenso. En la cima, un receso para secarnos los sudores
y para contemplar la vasta planicie desde donde habíamos ascendido:
Nos encontrábamos en un gran meseta pedregosa. Nos dio tiempo de dar algunas curvas, pero pocas.
Amarok abría pista a buen ritmo, mientras que yo me dejaba llevar por la moto. Básicamente el problema era que me dolían mucho las manos. Las durezas de las palmas me molestaban más de lo habitual, no pilotaba a gusto, y estuve a punto de caerme bastantes veces a causa de esta flojera. Agarraba los mandos del manillar, sí, pero con poca fuerza, y cuando me merendaba algún pedrusco inesperado la dirección se iba donde ella quería. No sé si es casualidad que los ISDE sean seis días y que el último sea light, pero yo había llegado a esta sexta jornada de mis Six Days personales más bien debilitado. Casi en piloto automático, me dediqué a seguir la estela de Amarok, dejando caer los kilómetros e intentando conjurar una nefasta caída precisamente en los últimos kilómetros del viaje.

Más pistas rocosas que discurrían por mesetas deshabitadas:
Alguna zona curiosa:
Y siguiendo la tónica habitual, más hamada:
A medida que nos fuimos acercando a M'Hamid empecé a reconocer un terreno que ya me resultaba familiar, arenoso y confortable. Ciertamente, mejor acabar el viaje sobre arena que no sobre molestas piedras.

Llegamos al hotel Tabarkat, donde nos esperaba Richy, apagamos el contacto de las motos y sanseacabó. 1400 kms en 6 días. Menos mal que la última etapa había sido solo de 175 kms y medio día, yo no estaba para más marcha. Antes de cargar las motos, probé la DRZ de Amarok para ver qué tal iba mi ex-moto con cerca de 20000 kms y me llevé la sorpresa de que parecía ser más confortable en bajos que mi DRZ actual, e incluso diría que el motor era menos rumoroso !!!!. Por contra, el motor estiraba menos. Cosas de las motos, el caso es que a pesar de estar muy currada, la máquina iba muy fina. No me lo esperaba.

Sobre las 2 de la tarde cargamos las motos en los remolques. Durante esa media hora tomé más el sol que en todos los días precedentes. ¡Cómo pega el lorenzo a principios de abril! Pagamos nuestras deudas en el hotel y salimos escopetados con los coches hacia Marrakech. Esta vez no queríamos repetor una jornada maratón de 1100 kms cruzando Marruecos en un solo día, pretendíamos hacerlo en dos etapas parando a descansar. A la altura de Zagora nos salió al encuentro un mecánico de Alí el Gordito, ofreciéndonos neumáticos Michelín Baja, Dessert y todo tipo de asistencia:
El colega te iba siguiendo con la moto y te soltaba el discurso acercándose a la ventanilla, daba igual que fuera en plena recta o tumbando en una curva, un figura, vamos. Apenas se aprecia, pero en vez de matrícula lleva una placa con el tuareg que simboliza el rally París-Dakar.

Aquel día nos dio tiempo a pasar Ouarzazate, cruzar el Atlas de noche a través del alucinante puerto de Tizzi-n-Tichka, y llegar rendidos a Marrakech al filo de las 12 de la noche. Aparcamos en una explanada anexa a una gasolinera, y dormimos una vez más dentro de los coches. Yo al menos gozaba de "habitación individual", todo un lujo.

¿Volveremos? 

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