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domingo, 9 de octubre de 2011

TRANSPIRENAICA 2010-DÍA 6. PLAN-GERRI DE LA SAL.

TRANSPIRENAICA 2010-DÍA 6. PLAN-GERRI DE LA SAL. 130 KMS

El último día se presentaba facilón, daba para media jornada escasa, así que aprovechamos las primeras horas de la mañana para internarnos en dirección norte en el macizo de Posets-Maladeta, donde se acumulan la mayor parte de tresmiles del Pirineo. Seguimos una pista recta y siempre ascendente a lo largo del valle de Gistaín acompañados siempre por el curso del río Zinqueta hasta llegar al refugio de Biadós, donde se amontonaban unos sobre otros, en lamentable espectáculo, decenas de vehículos propiedad de centenares de senderistas y alpinistas.




Echas las fotos de rigor, volvimos hasta Plan y desde allí, ya en dirección sureste, tomamos la pista que llega hasta Chía pasando por el collado de Sahún, a 2000 metros de altitud. La pista no tiene nada de particular, es incluso frecuente toparte con algunos turismos, pero las vistas de las cimas circundantes no dejan de ser espectaculares. Tras repostar en Castejón de Sos nos dirigimos hasta Seira por carretera atravesando el congosto de Ventamillo. En Seira comenzaba un trecho largo de pista que ya conocíamos del trayecto de ida. Todo el avance desde aquí sería en dirección este. A estas alturas de viaje, el neumático trasero de la XR debía tener aproximadamente este aspecto:




La goma había seguido su evolución a lo largo de los días, y claramente la cosa iba a peor.

Desde Gabás fuimos hasta la Múria, y a diferencia del viaje de ida, esta vez nos tomamos la licencia de circular por aquel camino prohibidísimo que transcurría por un coto de setas. Pasamos Bonansa y finalmente llegamos a El Pont de Suert, donde comimos malamente y caramente, para festejar el final de la excursión. Desde allí ya no quedaba prácticamente nada, sobre todo si teníamos en cuenta que esta vez, dadas las circunstancias, no atravesaríamos el Coll d'Oli. En Malpàs volvimos a pillar pistas de tierra, las útimas del viaje. Justo a la altura de Castellàs, donde pasamos la primera noche, surgieron dificultades en un desvío para dar con el camino correcto, cuyo inicio estaba totalmente borrado por la vegetación. Suerte que existen los gps, si no no lo habríamos encontrado jamás. A la altura del riuet del Port d'Erta, bucólico enclave,

 
Javi decidió inspeccionar el Metzeler y su aspecto debía ser más o menos este:




Para animar a mi compañero yo me aposté una cena a que el neumático no explotaba antes de llegar a nuestra meta. Quedaban cerca de 40 kilómetros nada más y la cosa andaría justa. Un último vadeo y a buscar la vía más rápida para llegar cuanto antes a Gerri de la Sal:




Desde Sentís tomamos carretera ya hasta el final. Si el neumático explotaba, mejor tener una vía de acceso rápida para la grúa o el remolque. Sin correr mucho cubrimos tristemente los últimos 25 kms por carretera nacional sin pasar de 60 por hora. Si para mí fue aburrido este tramo, imagináos para Javi que iba con el neumático desbotifarrado y con el riesgo permanente de que estallase en cualquier momento.

Calculo que sobre las cinco de la tarde, aliviados, llegamos hasta el coche, que habíamos dejado aparcado en las riberas del Noguera Pallaresa seis días antes. Habían sido 1100 kilómetros de ruta variada e intensa. Sólo nos quedaba cargar las motos en el remolque e iniciar el pesado regreso en coche hasta Tarragona. En el coche vas bien sentado y no duele el culo, y comparado con el entretenido-pero-molesto viaje en moto que acabábamos de finalizar se iba muy cómodo, pero al poco rato pensé: ¡pero qué aburrido es viajar enlatado!Volver arriba

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