TRANSPIRENAICA 2010- EPÍLOGO-1100 KMS
Desde mi punto de vista, puede decirse que la Pirenaica 2010 estuvo francamente bien. Un proyecto que se montó a salto de mata y con riesgo de convertirse en una ruta mayoritariamente pistera y asfáltica resultó al final ser un viaje entretenido y variado, con abundantes piedras, tierra, barro y agua. Si hubiésemos tenido más tiempo, podríamos haber explorado unos cuantos senderos que iban apareciendo a nuestro paso y que habrían amenizado aún más nuestra marcha, si bien en alguna exploración improvisada finalmente nos tocó recular. Nuestro objetivo fue siempre avanzar hacia el oeste y las improvisaciones exploradoras tuvieron que reducirse al mínimo, lástima. De cualquier manera, el conocimiento del recorrido bien puede aprovecharse como base para mejorar sucesivas transpirenaicas con nuevos sendas o caminos alternativos.
Para otras ediciones prescindiría de cargar con el saco de dormir, aunque a punto estuvimos de usarlo la primera noche, ya que casi siempre encontramos fácilmente alojamiento bueno y barato. Respecto a la moto, endurecería notablemente el monoamortiguador para que el peso extra no entorpezca la conducción, este fue un aspecto que creo que se nos pasó por alto tanto a Javi como a mí. Los flaneos del tren posterior fueron constantes durante los seis días y no es algo que haga mucha gracia con todos esos kilos encima. Por lo que al dinero se refiere, los mayores gastos se repartieron entre comida, bebida y gasolina. El precio del menú pirenaico estaba estandardizado en los 12 euros. Y pensar que en Asturias podías comer hasta reventar por sólo 8!!!
En fin, sólo me queda decir que, después de pistear a través de caminos casi irreconocibles,
ascender por senderos ancestrales,
Para otras ediciones prescindiría de cargar con el saco de dormir, aunque a punto estuvimos de usarlo la primera noche, ya que casi siempre encontramos fácilmente alojamiento bueno y barato. Respecto a la moto, endurecería notablemente el monoamortiguador para que el peso extra no entorpezca la conducción, este fue un aspecto que creo que se nos pasó por alto tanto a Javi como a mí. Los flaneos del tren posterior fueron constantes durante los seis días y no es algo que haga mucha gracia con todos esos kilos encima. Por lo que al dinero se refiere, los mayores gastos se repartieron entre comida, bebida y gasolina. El precio del menú pirenaico estaba estandardizado en los 12 euros. Y pensar que en Asturias podías comer hasta reventar por sólo 8!!!
En fin, sólo me queda decir que, después de pistear a través de caminos casi irreconocibles,
ascender por senderos ancestrales,
vadear innumerables torrentes y riachuelos,
circular por tortuosas carreteruchas,
circular por tortuosas carreteruchas,
cruzar ríos a través de puentes de dudosa estabilidad,
hacer equilibrios sobre puentes de aún más dudosa estabilidad,
atravesar praderas en busca del camino perdido,
flirtear con el hill-climbing,
internarnos en frondosos bosques,
ascender colinas y descender a los valles,
....ya estoy deseando volver!
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