DÍA 5. GLENBEIGH-LISDOONVARNA
Este quinto día
nos planteamos llegar hasta los acantilados de Moher por la vía más
rápida, o sea, tomando el transbordador entre Tarbert y Killimer que
salva el estuario del río Shannon.

Fue llegar al muelle y ver como salía el ferry, vaya mala suerte. Media hora de espera, y a bordo.

Se cruza de una orilla a la otra en unos 15 minutos, el tiempo justo para hacer unas fotos de la central térmica y poco más.

Salimos los primeros del transbordador y andábamos camino de Spanish Point

cuando sucedió un imprevisto. Suerte que aquí caes siempre en lo verde.

El paisano del coche nos ayudó a levantar la moto, mientras unas pijas que venían con nosotros en el barco nos adelantaban, qué rabia,

A continuación marchamos hacia Miltown Malbay para tomar un bocado, pero con tan mala suerte que nos vimos inmovilizados en medio de una tractorada,


suceso que olvidamos pronto gracias al Irish stew y las pintas que nos sirvieron en el pub.


Luego nos acercamos a los turistizados Cliffs of Moher,



unos acantilados especialmente verticales pero que no son necesariamente los más espectaculares de la isla.
Y tras el baño de multitudes, nos retiramos a nuestro B&B en Lisdoonvarna a descansar.
Fue llegar al muelle y ver como salía el ferry, vaya mala suerte. Media hora de espera, y a bordo.
Se cruza de una orilla a la otra en unos 15 minutos, el tiempo justo para hacer unas fotos de la central térmica y poco más.
Salimos los primeros del transbordador y andábamos camino de Spanish Point
cuando sucedió un imprevisto. Suerte que aquí caes siempre en lo verde.
El paisano del coche nos ayudó a levantar la moto, mientras unas pijas que venían con nosotros en el barco nos adelantaban, qué rabia,
A continuación marchamos hacia Miltown Malbay para tomar un bocado, pero con tan mala suerte que nos vimos inmovilizados en medio de una tractorada,
suceso que olvidamos pronto gracias al Irish stew y las pintas que nos sirvieron en el pub.
Luego nos acercamos a los turistizados Cliffs of Moher,
unos acantilados especialmente verticales pero que no son necesariamente los más espectaculares de la isla.
Y tras el baño de multitudes, nos retiramos a nuestro B&B en Lisdoonvarna a descansar.
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